El pasado curso, en todos los equipos de una de las aulas de la escuela se instaló Ubuntu. Desde hacía tiempo, los problemas de licencias, virus y mantenimiento que todos los años presentaba el aula, llevaban a replantearse seriamente la opción del paso al software libre (SL). De acuerdo con ello, deberíamos ir pensando en adaptar poco a poco nuestras programaciones en este aspecto. El cambio de dirección del centro llevó a la decisión comentada, y nos encontramos con los equipos funcionando bajo Ubuntu. Consecuencia: recelo de parte del profesorado y un uso del aula significativamente menor. Resulta que sólo una minoría de profesores tenían preparadas sus programaciones ante el más que anunciado cambio. Para el presente curso se ha instalado en este aula la primera pizarra digital del centro, lo que está llevando a que sea de nuevo utilizada con más frecuencia.
Por otro lado, el paso de los ciclo de Garantía Social a PCPI ha llevado un incremento del número de alumnos, lo que ha causado que su aula de informática se les quede pequeña. La solución: pasarse al Aula-Linux. Las profesoras que imparten la ofimática han tenido que cambiar sus programaciones para adaptarlas a OpenOffice. Los primeros días hubo un poco de desconcierto, motivado fundamentalmente por la falta de práctica en el uso del nuevo entorno gráfico, pero hoy por hoy están dando sus clases con toda normalidad.
Aunque en todo momento se ha tratado de convencer y no de imponer el empleo del SL, parte de los profesores lo ven como una imposición y algunos incluso como un receso en el empleo de las TIC's. Aunque se les demuestre a este grupo de compañeros que prácticamente todo lo que hacen con el sistema operativo propietario (SO) al que están acostumbrados, lo pueden hacer con GNU/Linux, siguen mostrando recelos. La más mínima dificultad, fallo o lo que ellos perciben como tal, que en el otro SO no le hubieran dado mayor importancia, en GNU/Linux lo magnifican sobremanera. La razón de esta actitud negativa es difícil de adivinar, y es posible que se deba a otros problemas particulares que nada o poco tengan que ver con la informática. Es difícil de comprender y analizar pues ni ellos mismos poseen argumentos de peso con los que defender su actitud. Sólo cabe esperar que con el tiempo vean las posibilidades que ofrece el SL en la educación y que como profesores debemos estar continuamente preparados al cambio para intentar sacar el mejor rendimiento a las TIC's. En definitiva lo único que se nos pide a todos es una actitud un poco más positiva.