Soy profesor de FP en la rama de electrónica y el curso pasado la Consejería de educación de Madrid nos brindó la oportunidad de poder tener un aula de informática funcionando única y exclusivamente con software libre (SL). Otro colega y yo, llevamos varios cursos promocionando el uso del SL en mi centro, explicando sus bondades, a los más interesados incluso les instalábamos un arranque dual con Linux y el otro SO, pero no había manera que despegase la cosa.
Por eso, cuando leímos que la consejería montaría un aula de informática a los que presentaran un proyecto educativo de utilización, no nos lo pensamos. Nos movilizamos y convencimos a los compañeros a participar. ¿Y cuál iba a se nuestro proyecto? Pues el de montar un aula de informática sólo con SL. Se necesitaba una participación de un 80% del profesorado que estuviera dispuesto a utilizar ese aula, pero con nuestras dotes de persuasión, sólo conseguimos el 50%. Menos mal que jefe de estudios tenía más dotes de persuasión que nosotros y gracias a él se sobrepasó el 80% pedido. El proyecto salió adelante y fue aprobado.
Ahora nos encontramos a la espera de que lleguen los equipos. Pero antes debimos acondicionar un aula, tras lo cual vino un supervisor a dar su visto bueno y fue cuando al ponerme en contacto con él, me enteré que los equipos vendrían con arranque dual: MAX y el otro. ¡Horror! "Mire, es que en nuestro proyecto decíamos que sólo se utilizaría con Linux..." La respuesta fue que no sabía nada y que nos pusiéramos en contacto con la consejería. Y fue así como tras tres o cuatro números de teléfono me dieron el de uno de los desarrolladores de MAX. Pero ya es muy tarde... mejor seguimos contando la historia otro día.
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